miércoles, 30 de mayo de 2012

Estado de la cuestión

Hoy sentí un momento mágico en la clase. Estuvimos leyendo durante un cuarto de hora un estupendo artículo de Alberto Cairo: "internet y cerebro: una guía para periodistas". Imagínense. 32 estudiantes en silencio, la sala a oscuras, sólo iluminada por el proyector que encendía el texto en la pantalla. El mugido de la computadora de la clase sirviendo de soundtrack en esa bruma intelectual. Jijiji, sólo faltaba el vinito y el queso. También la tecnología puede crear momentos íntimos, intimidad monasterial.



El texto es un ejemplo de un "estado de la cuestión" sobre los efectos cognitivos que la tecnología digital está produciendo en nuestras mentes modernas. Quería que los alumnos vieran cómo se puede resumir el conocimiento y presentar esa panorámica general de autores, libros, investigaciones, debates... osea, de todo el saber que existe actualmente sobre un tema.

El artículo, además, goza de una redación ágil y amena, que combina el rigor de la información científica y la cercanía del chisme. Por cierto, que hoy un estudiante del grupo 2, Mario, se acercó a este tipo de escritura en su blog y nos dejó pasmados con su capacidad para hacer romántica la matemática.

El reto ahora es que cada alumno elabore un texto similar al de Alberto Cairo pero referido a su propio tema de investigación. No hay extensión mínima ni máxima. De hecho podría hacerse en varias entradas en lugar de una. Lo importante es que el conocimiento sea fresco, preciso, bien relacionado y comentado y, sobre todo, que sea lo más diverso posible (varias investigaciones, varias teorías, varios autores). ¿Quién de los alumnos habrá entendido mejor cómo funciona la escritura de un "estado de la cuestión"? ¿Quién habrá profundizado ya en el conocimiento de su tema? ¿Quién sabrá componer, relacionar y comentar mejor ese resumen de información? Eso lo sabremos mañana, pues pasaremos casi una hora analizando sus blogs.

Ah... hoy también realizamos algunas "dinámicas", como le dicen los chavos (intoxicados, imagino, por el lenguaje de los profes) para mejorar habilidades de oratoria. Entre ellas, mi favorita, la de la pluma en la boca, una técnica que tiene unos 3000 años de antiguedad. De hecho, existe el registro de que Demóstenes, uno de los grandes oradores griegos, se metía guijarros en la boca y declamaba sus discursos sobre la voz de las olas del mar. Así pasó poco a poco de su inicial tartamudez a ser recordado como uno de los mejores oradores de la historia antigua. Pero la técnica no ha envejecido y en este video se llevarán la sorpresa de quiénes han usado este mismo truco para mejorar su dicción.

1 comentario:

  1. Me gusto la clase de hoy, ya que todas las técnicas que practicamos para la mirada y la de la pluma igual me gusto

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